martes, 19 de octubre de 2010

IDEAS RODADAS 2: Tengo ganas!

Se ha visto que la predisposición a participar en organizaciones de la sociedad civil, movimientos u otras instituciones de forma voluntaria, es señalada por más de la mitad de la muestra.
Luego, que una proporción importante supedita su intervención a la calidad de la propuesta de participación ofrecida.
En tercer lugar se observa que otra proporción de los estudiantes no se ha planteado nunca la posibilidad de ser voluntario, y dice que no lo haría ni siquiera si le hicieran una propuesta atractiva.

Mas de la mitad se ha planteado participar y muchos dicen que lo harían ante una buena propuesta.
Entonces ¿El problema está en las propuestas?

11 comentarios:

Maria Mannesi dijo...

Quiza mi opinión sea simple porque parte de mi propia y poca experiencia.

Creo que hay muchos aspectos que se pueden mejorar en las propuestas relacionadas con la participacion. Las propuestas no son el único problema, pero definitivamente determinan la decisión de participar o no. Si uno busca, encuentra muchas opciones (de diferentes organizacions, asociaciones, fundaciones) pero muy pocas de ellas cuentan con los recursos suficientes para llevarse a cabo y no son realmente consistentes. A veces, no tienen objetivos claros o son impulsadas y luego dejadas sin terminar.

Para mi, también afecta el escaso tiempo físico y mental que tenemos para dedicarle un espacio de nuestras vidas al voluntariado y la poca difusión de los proyectos de participación. Además, me parece que el prejuicio de que “si no cobrás plata a fin de mes, no es redituable” es una constante en ciertos sectores de la sociedad/juventud.

En este sentido, pienso que todos estos factores influyen en la (no)participación hoy en día. Creo que no es cuestión de buscar culpables o problemas, sino de construir poco a poco propuestas reales, sustentables y con objetivos claros para abrir espacios de participación.

Valentin D. Fronteli dijo...

Con algo de lo que dijo Marisa, estoy de acuerdo. En este mundillo de buenas intenciones tambien hay mucho chamullo y ganas de hacer algo, pero sin objetivos claros ni concretos que se diluyen. Hay gente que se llena la boca con "lo nuevo", con lo horizontal, y con la idea de que ser una RED y piensan que estan renovando la política, pero despues queda todo difuso, sin ideas claras, sin objetivos...
Y entonces de eso tampoco da ganas de participar...
En politica o actividades sociales ¿Que es lo nuevo? ¿Que es lo viejo?
¿Alguien conoce Redes que funcionen?

Carolina Galea Robles dijo...

Siguiendo la posta de Valentin, tambien creo que muchas propuestas de "participación" son meramente formales y que sirven a quienes las presentan para estar a la moda y ser innovadores y presentar "lo nuevo", pero que lo unico que tienen de nuevo es el nombre. Entonces me parece que si son importantes las propuestas a la hora de alentar la participación. Una buena propuesta con objetivos claros, consistentes y coherentes en relación a la participación puede copar a muchos. Por lo menos a mi me copa¡¡¡

emma dijo...

Coincido con María en que "Las propuestas no son el único problema, pero definitivamente determinan la decisión de participar o no". En mi experiencia ha sido así. Creo que uno de los grandes errores de quienes ofrecen la posibilidad de participar a los voluntarios (además de hacer propuestas demasiado generales, sin objetivos claros ni recursos suficientes) es 'abusar' de ellos: pretenden compromisos a larguísimo plazo, sin estructuras de rotación, sin planes de acción específicos y donde la persona que se ofrece a colaborar se vuelve imprescindible para el sostenimiento del proyecto.
Las propuestas al final, terminan siendo -para el voluntario- exigencias de un compromiso que se vuelve insostenible en el tiempo: No por falta de voluntad o ganas de participar, sino porque la experiencia se convierte en un trabajo como cualquiera (mismas exigencias, mismas responsabilidades, etc.) pero sin la contraparte que es poder 'vivir' de eso.
No estoy diciendo que el voluntario deba estar exento de responsabilidades ni exigencias, sino que la supervivencia de la propuesta no puede depender de ellos.
Cuando esto es así, los voluntarios dispuestos escasean y los programas fracasan.
Volviendo a si el problema está o no en las propuestas, creo que es así. Pero claro: no es extraño que las organizaciones no puedan ofrecer mejores propuestas de participación si vivimos en una sociedad donde participar muchas veces se confunde con 'mandar un sms', proveer noticias a las grandes empresas mediáticas o poner un voto.
El tema es ponerse de acuerdo sobre qué es participar.

Maria Mannesi dijo...

Siguiendo con lo que dicen Valentin y Caro con respecto a la "novedad" en las propuestas, me pregunto (en el papel de abogada del diablo): ¿no sera que los objetivos claros y consistentes son incompatibles con la originalidad? Tal vez sea dificil plantear metas claras en relacion a un tema que se aborda por primera vez. O implique mucho esfuerzo, que pocos estan dispuestos a hacer. Entonces, el deseo de impulsar una propuesta novedosa queda trunco debido al desconocimiento de la problematica en cuestion. O quiza pase lo contrario, que concientemente se le de mas importancia a que el proyecto sea novedoso que al contenido del mismo.

Y por otro lado, el comentario de Emma me disparo otra duda:¿cual es el rol que tiene que jugar una entidad que impulsa una propuesta? ¿hasta que punto se tiene que involucrar la entidad (y las personas que trabajan en ella) en la planificacion y el desarrollo del proyecto? ¿tienen que dar la propuesta ya terminada y que los voluntarios solo se remitan a cumplir con su trabajo particular? ¿o los voluntarios tambien pueden modificar ciertos aspectos de la propuesta a medida que avanza?

Bueno, en fin, hay mas preguntas que respuestas!!! Pero, eso era un buen signo no?

Carolina Galea Robles dijo...

Y sí, me parece un buen signo que hayan más preguntas que respuestas. Y de paso la que arroja Ema me parece crucial: ¿que es participar?
Tal vez, existen organizaciones que realmente creen que sus propuestas son participativas, pero nunca han cuestionado la noción misma de participación. Por lo mismo, creo que partir por estos acuerdos mínimos puede ayudarnos a llegar a las buenas propuestas...

Emma (Argüelles) dijo...

María: te/me preguntaste si las organizaciones tienen que dar la propuesta ya terminada para que los voluntarios sólo se remitan a cumplir con la tarea que les toca. Mi comentario no sugería eso en absoluto. Cuando me referí a 'las buenas propuestas' estaba pensando en aquellas que están organizadas para facilitar la participación activa de los voluntarios. Que es muy distinto a tener todo cocinado y a su opuesto, no tener nada armado (la clásica hippeada, sin ofender a los hippies =).
Digo, hay estructuras que limitan, cierran el sentido, evitan lo nuevo y se niegan a flexibilizarse (podríamos llamarlas autoritarias) y hay estructuras que organizan la apertura, fomentan la creatividad y posibilitan la participación (podríamos llamarlas liberadoras, democráticas) Ambas pueden ser propuestas igualmente organizadas, claras y tener objetivos concretos: no coincido con que lo organizado vaya en contra de lo original.
Y de nuevo vuelvo a la pregunta sobre qué entendemos por participación. Cuando vivimos en una sociedad en la que la participación significa cualquier cosa MENOS compromiso, democracia, posibilidad de expresión, responsabilidad, transformación, etc. (cosas que yo asocio a la participación) entonces hay que APRENDER a participar. Y ahí es donde las buenas propuestas de las ongs, las fundaciones y otras organizaciones juegan un rol (social, cultural y político) fundamental: se vuelven espacios de aprendizaje. Y pensando en Freire, no todo proceso educativo -de aprendizaje- es necesariamente 'bancario': es posible y necesario educar para la libertad. Del mismo modo, también es posible ENSEÑAR PARA LA PARTICIPACIÓN. Y en ambos casos los buenos resultados dependen de la calidad del proceso, calidad que creo yo, se logra con objetivos claros, estructuras de contención, acompañamiento, estrategias bien pensadas y mucha, mucha planificación.
Dicho esto, agrego simplemente que aunque insisto en que las buenas propuestas propician y fomentan la participación de los voluntarios, no son el único factor necesario. Hace falta voluntad, compromiso, inquietud, ideales, curiosidad, pensamiento crítico y, por qué no, un poco de fe: sin fe en que las cosas pueden ser distintas, no hay voluntario que aguante.

Eugenia dijo...

Creo que deberiamos desnaturalizar lo que por participacion estamos entendiendo. Si es cierto que la participacion de los jovenes se lee hoy en funcion de un contenido en el cual ellos puedan encontrar sentidos y valores con los que concuerden o puedan confrontar.
La participacion es una posibilidad que no viene dada, una puerta abierta al encuentro.
Sera la participacion fruto de experiencias enrriquecedoras que despierten el deseo de intervenir activamente de aquello que se les proponen a los jovenes?
Cuando las propuestas estan tan enmarcadas, en sus objetivos, sus metodos... cual es la participacion real? Cual es el margen de accion y de propuesta que se les permite? Pueden ellos tomar el control de la propuesta y darla vuelta si asi lo desean?

Cecilia Acosta dijo...

Mi humilde opinión formada por mi corta experiencia en voluntariado, es que la propuesta es aceptada o no; no simplemente por el hecho de que sea consistente o tenga un objetivo claro, creo que el origen de la aceptación está sumamente ligado al interés depositado por el participante en la temática de la propuesta. Quiero decir con ésto, que la propuesta está puesta en un contexto donde también interactúan diferentes factores, como por ejemplo: disponibilidad horaria, prioridades en los temas que se abordan, intereses del propio participante, recursos con los que cuenta, etc.
Existen propuestas que permiten a sus integrantes, la mejora de la misma, donde ellos mismos pueden proponer cambios, pueden aportar otras ideas (lo que favorecería a la consistencia de la propuesta).
Las propuestas de voluntariado están y tocan todos los temas que necesita nuestra sociedad para mejorar; sólo hay que saber mirar y encontrar la que esté más acorde a nosotros.

María Mannesi dijo...

Emma: Yo tampoco estoy segura de que lo original se oponga a lo organizado. Sólo estaba abriendo el debate y tu comentario anterior me disparó nuevas preguntas.
Creo que es posible presentar un proyecto de participación organizado, planificado y original. Pero también me parece que eso implica un esfuerzo grande. Sólo hay que encontrar a las personas que estén dispuestas a asumir ese compromiso.

Coincido con que hay que ver qué entendemos hoy por participación. Según el diccionario de casa quiere decir "intervenir, tomar parte". Ésa, para mí, sería la definición ideal. Intervenir para transformar.
Pero en la práctica se ve otra cosa. Es cierto, como dice Eugenia, que la participación no viene nada, sino que hay que ir en busca de ella. Y, como escribió Cecilia, que también depende de las prioridades e intereses de cada uno.

Facundo dijo...

Muy interesante el dialogo sobre el tema de “lo organizado” vs. “lo participativo” o si pueden coincidir. Todo un tema. Yo quería retomar lo que decía Cecilia sobre la importancia del “interés depositado por el participante en la temática de la propuesta” Creo que hoy en día a esto se le da mucho valor, quizás en otras épocas también estaba aunque de mas solapado. Hoy aparece como un elemento de peso, e integrado sin problemas, el hecho de que la propuesta tenga que ver conmigo, con lo que se hacer, con lo que quiero aprender, con mi curriculum y con algo que pienso hacer en el futuro, entre otros.