Profundizando en cuáles son los ámbitos en que los estudiantes participarían, se observa que preferirían hacerlo en aquellos espacios donde los resultados de su involucramiento sean palpables a corto plazo y donde no exista un claro contenido político y/o partidario. Los ámbitos de tipo benefico-social y cultural-artístico son los que muestran una mayor adhesión. Esta tendencia se observa tanto en los que particpan actualmente como en los que nunca han participado.
Pero no se percibe una preocupación por integrar instituciones que se ocupen por mejorar la propia condición como ciudadanos, lo que podría señalar una suerte de conformidad con el propio status en cuanto a derechos civiles, políticos y sociales.
A los jóvenes, parecería no importarles recurrir a las autoridades para presentar demandas, sino relacionarse directamente con quienes necesitan ayuda. Se trata de llevar a cabo una acción social para beneficiar a otros, pero sin intermediarios.
Otros ámbitos de participación nombrados -aunque en proporciones marcadamentes menores- son las organizaciones de derechos humanos y los grupos deportivos y recreativos, que encuentran su preferencia entre los que nunca han participado. Las asociaciones de tipo religioso, por su parte, tienen mas adhesión de aquellos que participan actualmente.
Muy pocos estudiantes elegirían a los partidos politicos para participar. Asimismo, hay nula adhesión a la figura de los sindicatos.
Entonces, interacción directa SI pero política NO. ¿Por qué se rechaza tanto asumir una posición política frente a una problemática determinada? ¿Se ha producido un descreimiento de las instituciones y agrupaciones políticas y, por lo tanto, un alejamiento de los jóvenes de las mismas?
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