domingo, 30 de noviembre de 2008

¿Alguna duda?

Una de las cosas que más nos preocupan es que no vemos que haya
muchos espacios de encuentro, menos en esta ciudad que se zarpa en
grande. Por eso todo el tiempo estamos buscando algunos oasis,
algunas experiencias que nos hagan ser un poco más optimistas, o que
por lo menos nos permitan pensar que las cosas pueden ser de otra
manera.

Entonces, ¿qué experiencias de encuentro tuviste últimamente?

Hagamos memoria que tiene que haber. Vale de cualquier tipo.

7 comentarios:

Lola dijo...

El último encuentro cercano de cualquier tipo que tuve fue ayer en un teatro para ver el cierre de un festival de jazz...

Era el último de tres domingos consecutivos en el que me encontré con la misma persona para ir a escuchar esa música (una excusa, digamos).

Pero a qué apunta la pregunta en sí... ¿al lugar o al tipo de encuentro?

Si tengo que hablar del lugar digo que la entrada era gratis y que los artistas que tocaron eran muy talentosos. Por lo que cuesta una cerveza ($7, y ni siquiera era obligatorio consumir nada) se podía apreciar muy buena música.

Si tengo que hablar del encuentro digo que fue cercano, pero no tanto como mi acompañante hubiera querido.

Pablo dijo...

Está muy bien esa experiencia de encuentro. Después seguí contando si enganchan algún otro ciclo de recitales o alguna otra actividad jaja.

La pregunta incluye espacio, tipo, persona, todo lo que quieran.

En lo personal, ultimamente ando con poco encuentro, o escaso por lo menos. Pero por suerte el jueves nos vamos a poder juntar, un rato, compartir algo.

Saludos!

Anónimo dijo...

Hace un par de fines de semana visitamos la ciudad de Rosario con motivo del 3º encuentro de la coreografía de los movimientos. Recomendable.

http://www.coreografiadelosmovimientos.blogspot.com/

Andru

Daniel dijo...

Epacios de encuentro creo que hay muchos, es dificil quizás encontrar aquellos que cubran nuestras espectativas, por lo menos eso es lo que me pasa. Espacios de reflexion, de desenajenación, de purificación? uf eso sí que cuesta, para los tiempos que corren hay que buscarlos con lupa. Sin dudas hoy en día esto es algo paradojal, porque como dije al principìo, espacios de encuentro hay, lo falta son encuentros, a nadie le interesa encontrarse con el otro, a nadie le interesa el bien estar del otro. Creo que mis ambiciones no son muchas, aunque todo me diga que sí.
Últimamente estuve en muchos encuentros pero la realidad es que hace mucho que no encuentro: eso...

Anónimo dijo...

supongo (y no es un descubrimiento propio) que buscamos la compañía ajena para no sentir ese sentimiento de angustioso vacío que llamamamos -cuando nos atrevemos- soledad.

pero no nos sentimos acompañados por todas las personas que conocemos. quizás por capricho o por esa "química" de la que hablan en la radio, sólo algunos disipan la aflicción.

me encontré con la persona que produce este efecto casi mágico hace unos meses.
y seguimos encontrándonos, a pesar de la ortodoxia religiosa que no nos lo permite.

Florencia Celli dijo...

Realmente no me gusto la columnita "la revolución de las maquinas", todos sabemos que el "expendedor de boletos" como llaman a la persona que trabaja en una bonetería de subte o ferrocarril, tiene un trabajo que muchas veces es una opción para personas con un titulo de grado, tales como profesores, historiadores, técnicos, mecánicos dentales o diseñadores, las cuales desempeñándose en sus respectivas carreras no son remunerados como se lo merecen.
El gremio ferroviario es muy fuerte y ha logrado grandes beneficios para todos los miembros, es bien sabido que esto tiene sus pro y sus contra, ya que hay bastante mafia de por medio y que los altos sueldos que ganan algunos EXPENDEDORES no le crea expectativas para estudiar carreras que no sean afines, se que algunas empresas ferroviarias tienen convenios con Universidades y planes de promoción interna que constan de varios meses de capacitación técnica.
Creo que es demasiado duro separar entre Uds. los pasajeros letrados y los pobres condenados del sistema: maquinas expendedoras de boletos.

Pablo dijo...

Florencia, me parece muy bien que des tu opinión y tu crítica, pero no entiendo bien cual es el punto.

Me parece que justamente lo que no hace la nota es separar entre "nosotros" letrados y "ellos máquinas, sino ponernos en un plano de igualdad. Tanto el pasajero automatizado por la rutina como el boletero alienado por su trabajo frenan un toque para sentirse personas, humanizandose. Dos seres se descubren iguales, rebelandose contra el sistema que los convierte en autómatas.

Esa es mi interpretación. Te agradezco por el cometario y espero tu respuesta.

Saludos!